Estuve pensando hoy como despedir el año y a la vez dar bienvenida al 2014 en el blog, y me pareció que una buena idea es tomar al azar 3 fábulas del libro "
Las 300 fábulas de Esopo"- algo que estoy por hacer desde que inicié el blog y siempre postergo-. Pero quería escapar un poco de las fábulas típicas, esas que todos conocemos de memoria, y de las cuales ya hay versiones en el blog de La Fontaine, Esopo o Samaniego. Así que miré el índice y, aunque elegir fábulas "poco conocidas" es casi imposible, elegí las siguientes:
1- La zorra y el mono coronado rey
2- El león y el boyero
3- El perro y el cocinero
Espero que les gusten
La zorra y el mono coronado rey
En una junta de animales, bailó tan bonito el mono, que ganándose la simpatía de los espectadores, fue elegido rey.
Celosa
la zorra por no haber sido ella la elegida, vio un trozo de comida en
un cepo y llevó allí al mono, diciéndole que había encontrado un tesoro
digno de reyes, pero que en lugar de tomarlo para llevárselo a él, lo
había guardado para que fuera él personalmente quien lo cogiera, ya que
era una prerrogativa real.
El mono se acercó sin más
reflexion, y quedó prensado en el cepo. Entonces la zorra, a quien el
mono acusaba de tenderle aquella trampa, repuso:
- ¡Eres muy tonto, mono, y todavía pretendes reinar entre todos los animales!
Moraleja: Nunca te lances a una empresa, si antes no has reflexionado sobre sus posibles éxitos o peligros.
El león y el boyero
Un
boyero que apacentaba un hato de bueyes perdió un ternero. Lo buscó,
recorriendo los alrededores sin encontrarlo. Entonces prometió a Zeus
sacrificarle un cabrito si descubría quien se lo había robado.
Entró de inmediato al bosque y vio a un león comiéndose al ternero. Levantó aterrado las manos al cielo gritando:
-
¡Oh grandioso Zeus, antes te prometí inmolarte un cabrito si encontraba
al ladrón; pero ahora te prometo sacrificar un toro si consigo no caer
en las garras del ladrón!
Moraleja: Cuando busques una
solución, ten presente que al encontrarla, ésta a su vez puede
convertirse en el siguiente problema.
El perro y el cocinero
Preparó un hombre una cena en honor de uno de sus amigos y de sus familiares. Y su perro invitó también a otro perro amigo.
- Ven a cenar a mi casa conmigo - le dijo.
Y llegó el perro invitado lleno de alegría. Se detuvo a contemplar el gran festín, diciéndose a sí mismo:
- ¡Que suerte tan inesperada! Tendré comida para hartarme y no pasaré hambre por varios días.
Estando
en estos pensamientos, meneaba el rabo como gran viejo amigo de
confianza. Pero al verlo el cocinero moviéndose alegremente de allá para
acá, lo cogió de las patas y sin pensarlo más, lo arrojó por la
ventana.
El perro se volvió lanzando grandes alaridos, y encontrándose en el camino con otros perros, estos le preguntaron:
- ¿Cuánto has comido en la fiesta, amigo?
- De tanto beber, -contestó- tanto me he embriagado, que ya ni siquiera sé por donde he salido.
Moraleja: No te confíes de la generosidad que otros prodigan con lo que no les pertenece.