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jueves, 21 de noviembre de 2013

Martín Fierro - José Hernández - capítulos VII y VIII

Viene de  Martín Fierro - José Hernández - capítulos V y VI




VII

De carta de mas me via
sin saber á donde dirme;
1125 mas dijeron que era vago
y entraron á perseguirme.
Nunca se achican los males,
van poco á poco creciendo

y ansina me vide pronto
1130 obligao á andar juyendo.
No tenia muger ni rancho,
y, á mas, era resertor;
no tenia una prenda güena
ni un peso en el tirador.

1135 A mis hijos infelices
pensé volverlos á hallar,
y andaba de un lao al otro
sin tener ni que pitar.
Supe una vez por desgracia
1140 que habia un baile por alli,

y medio desesperao
a ver la milonga fui.
Riunidos al pericon
tantos amigos hallé,
1145 que alegre de verme entre ellos
esa noche me apedé.

Como nunca, en la ocasion
por peliar me dió la tranca,
y la emprendi con un negro
1150 que trujo una negra en ancas.
Al ver llegar la morena
que no hacia caso de naides,

le dije con la mamúa:
“Va... ca... yendo gente al baile”.
1155 La negra entendió la cosa
y no tardó en contestarme,
mirandome como á perro:
“Mas vaca será su madre.”

Y dentró al baile muy tiesa
1160 con mas cola que una zorra
haciendo blanquiar los dientes
lo mesmo que mazamorra.
-“Negra linda”... dije yo,
“me gusta... pa la carona”;
1165 y me puse á champurriar

esta coplita fregona:
“A los blancos hizo Dios,
a los mulatos San Pedro,
a los negros hizo el diablo
1170 para tizon del infierno”.
Habia estao juntando rabia

el moreno dende ajuera;
en lo escuro le brillaban
los ojos como linterna.
1175 Lo conoci retobao,
me acerqué y le dije presto:
“Por... rudo… que un hombre sea

nunca se enoja por esto”.
Corcobió el de los tamangos
1180 y creyendose muy fijo:
-“Mas porrudo serás vos,
gaucho rotoso”, me dijo.
Y ya se me vino al humo

como á buscarme la hebra,
1185 y un golpe le acomodé
con el porron de ginebra.
Ay no mas pegó el de ollin
mas gruñidos que un chanchito,
y pelando el envenao

1190 me atropelló dando gritos.
Pegué un brinco y abrí cancha
diciendoles: -“Caballeros,
dejen venir ese toro;
solo naci... solo muero”.
1195 El negro, despues del golpe

se habia el poncho refalao
y dijo: -“Vas á saber
si es solo ó acompañao”.
Y mientras se arremangó
1200 yo me saqué las espuelas,
pues malicié que aquel tio

no era de arriar con las riendas.
No hay cosa como el peligro
pa refrescar un mamao;
1205 hasta la vista se aclara
por mucho que haiga chupao.
El negro me atropelló

como á quererme comer;
me hizo dos tiros seguidos
1210 y los dos le abarajé.
Yo tenia un facon con S
que era de lima de acero;
le hice un tiro, lo quitó

y vino ciego el moreno.
1215 Y en el medio de las aspas
un planaso le asenté
que le largué culebriando
lo mesmo que buscapie.
Le coloriaron las motas

1220 con la sangre de la herida,
y volvio á venir furioso
como una tigra parida.
Y ya me hizo relumbrar
por los ojos el cuchillo,
1225 alcansando con la punta

a cortarme en un carrillo.
Me hirbió la sangre en las venas
y me le afirmé al moreno,
dandole de punta y hacha
1230 pa dejar un diablo menos.
Por fin en una topada

en el cuchillo lo alcé,
y como un saco de güesos
contra un cerco lo largué.
1235 Tiró unas cuantas patadas
y ya cantó pa el carnero.
Nunca me puedo olvidar

de la agonia de aquel negro.
En esto la negra vino
1240 con los ojos como agi
y empeso la pobre alli
a bramar como una loba.
Yo quise darle una soba

a ver si la hacia callar;
1245 mas pude reflesionar
que era malo en aquel punto,
y por respeto al dijunto
no la quise castigar.
Limpié el facon en los pastos,

1250 desaté mi redomon,
monte despacio y salí
al tranco pa el cañadon.
Despues supe que al finao
ni siquiera lo velaron,
1255 y retobao en un cuero,

sin resarle lo enterraron.
Y dicen que dende entonces
cuando es la noche serena
suele verse una luz mala
1260 como de alma que anda en pena.
Yo tengo intencion á veces,

para que no pene tanto,
de sacar de alli los güesos
y echarlos al campo santo.


VIII

1265 Otra vez que en un boliche
estaba haciendo la tarde;
cayó un gaucho que hacia alarde
de guapo y peliador;
A la llegada metió
1270 el pingo hasta la ramada,

y yo sin decirle nada
me quedé en el mostrador.
Era un terne1 de aquel pago
que naides lo reprendia,
1275 que sus enriedos tenía
con el señor comendante;

Y como era protejido,
andaba muy entonao
y á cualquiera desgraciao
1280 lo llevaba por delante.
¡Ah pobre, si él mismo
creiba que la vida le sobraba!

Ninguno diria que andaba
aguaitandolo la muerte;
1285 Pero ansi pasa en el mundo,
es ansi la triste vida:
pa todos está escondida
la güena ó la mala suerte.


Se tiró al suelo; al dentrar
1290 le dió un empeyón á un vasco
y me alargó un medio frasco
diciendo: “Beba, cuñao”.
“Por su hermana”, contesté,
“que por la mia no hay cuidao”.

1295 “¡Ah, gaucho!”, me respondió.
“De que pago será criollo
Lo andará buscando el oyo,
deberá tener güen cuero;
pero ande bala este toro
1300 no bala ningun ternero”.

Y ya salimos trensaos,
porque el hombre no era lerdo;
mas como el tino no pierdo
y soy medio lijeron,
1305 le dejé mostrando el sebo
de un revés con el facon.

Y como con la justicia
no andaba bien por allí,
cuanto pataliar lo ví,
1310 y el pulpero pegó el grito,
ya pa el palenque salí
como haciendome chiquito.

Monté y me encomendé á Dios,
rumbiando para otro pago;
1315 que el gaucho que llaman vago
no puede tener querencia,
y ansi de estrago en estrago
vive yorando la ausencia.

Él anda siempre juyendo,
1320 siempre pobre y perseguido,
no tiene cueva ni nido,
como si juera maldito;
porque el ser gaucho... barajo,
el ser gaucho es un delito.

1325 Es como el patrio de posta:
lo larga este, aquel lo toma,
nunca se acaba la broma;
dende chico se parece
al arbolito que crece
1330 desamparao en la loma.

Le echan la agua del bautismo
aquel que nacio en la selva;
“Buscá madre que te engüelva”,
le dice el flaire y lo larga,
1335 y dentra á cruzar el mundo
como burro con la carga.

Y se cría viviendo al viento
como oveja sin trasquila
mientras su padre en las filas
1340 anda sirviendo al Gobierno;
aunque tirite en invierno,
naides lo ampara ni asila.

Lo llaman “gaucho mamao”
si lo pillan divertido,
1345 y que es mal entretenido
si en un baile lo sorprienden;
hace mal si se defiende
y si no, se vé... fundido.

No tiene hijos, ni mujer,
1350 ni amigos, ni protetores,
pues todos son sus señores
sin que ninguno lo ampare;
tiene la suerte del güey,
y donde irá el güey que no are.

1355 Su casa es el pajonal,
su guarida es el desierto;
y si de hambre medio muerto
le echa el lazo algun mamon,
lo persiguen como á plaito,
1360 porque es un “gaucho ladron”.

Y si de un golpe por ay
lo dan vuelta panza arriba,
no hay una alma compasiva
que le rese una oracion:
1365 tal vez como cimarron
en una cueva lo tiran.

El nada gana en la paz
y es el primero en la guerra;
no le perdonan si yerra,
1370 que no saben perdonar,
porque el gaucho en esta tierra
solo sirve pa votar.

Para él son los calabozos,
para él las duras prisiones;
1375 en su boca no hay razones
aunque la razon le sobre;
que son campanas de palo
las razones de los pobres.

Si uno aguanta, es gaucho bruto;
1380 si no aguanta es gaucho malo.
Dele azote, dele palo,
porque es lo que el necesita!
De todo el que nació gaucho
esta es la suerte maldita.

1385 Vamos suerte, vamos juntos
dende que juntos nacimos,
y ya que juntos vivimos
sin podernos dividir,
yo abrire con mi cuchillo
1390 el camino pa seguir.


Continua en Martín Fierro - José Hernández - capítulos IX y X

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