Muy conocida es la expresión "matar a la gallina de los huevos de oro", desconozco que fue primero, si el dicho popular o la fábula... pero refiere a perder la fuente de ingresos o de fortuna por ambición desmedida.
De esta fábula, como no ha de extrañarnos, existen varias versiones dando vueltas. Entre mis libros encontré dos: La primera es la fábula de Samaniego (1781); la segunda la de La Fontaine (1668). Ambos poetas, a su manera y en verso, cuentan lo sucedido cuando el dueño de una gallina ponedora, no contento con su ya buena fortuna, ambiciona tener más.
La Gallina de los Huevos de Oro
Félix M. Samaniego
Érase una Gallina que ponía
un huevo de oro al dueño cada día.
Aún con tanta ganancia, mal contento,
quiso el rico avariento
descubrir de una vez la mina de oro,
y hallar en menos tiempo más tesoro.
Matóla, abrióle el vientre de contado;
pero despúes de haberla registrado,
¿Qué sucedió? Que, muerta la Gallina,
perdió su huevo de oro, y no halló mina.
¡Cuántos hay que teniendo lo bastante,
enriquecerse quieren al instante,
abrazando proyectos
a veces de tan rápidos efectos,
que sólo en pocos meses,
cuando se contemplaban ya marqueses,
contando sus millones,
se vieron en la calle sin calzones!
La Gallina de los Huevos de Oro
La Fontaine
La avaricia pierde todo
queriendo todo ganar.
Para probarlo me basta
contar la historia fatal
del hombre cuya gallina,
si es la fábula verdad,
de poner huevos de oro
diariamente era capaz.
Creyó el hombre que en su cuerpo
iba un tesoro a encontrar;
la mató, la abrió, y a todas
las gallinas la halló igual,
perdiendo de tal manera
de su fortuna lo más.
A las gentes codiciosas,
esta fábula les va;
en estos últimos tiempos
¡Cuántas he visto cambiar
de muy ricas a muy pobres,
porque ambicionaban más!
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